Exmo. Sr. D. Emilio Hübner.

Amigo mío inolvidable y queridísimo:

Qué grata sorpresa me ha proporcionado V. con uno de sus admirables y magistrales libros de que yo no tenía previa noticia ninguna.

Todo nuevo y maravilloso estudio de V. estoy dispuesto a esperar de su laboriosidad incansable y felicísima, de su mucho y bien encaminado saber, de su juicio enriquecido por la observación y la experiencia.

Un empleado del Ferrocarril me trajo hace 4 días el ejemplar de los Monumenta Linguae Ibericae, con que V. ha llenado de alegría indecible mi corazón. He comenzado a leer y estudiar libro de tan vivo interés. No puede ser más vieja la materia, pero tampoco pueden serlo más exquisitos la diligencia, el método y la claridad. Ya tengo ocupación deliciosa para la encerrona en casa a que el cirujano me tiene condenado. Después de cuatro horribles años de padecer, ha sabido con su mucha habilidad y arte, quitarme los dolores indecibles, volverme el sueño y restituirme al estudio y al trabajo. Soy otro hombre. Sigue tratándome con la sonda, el nitrato de plata y el ácido bórico, y sólo me priva de la humedad y el frío.

Mil y mil gracias por el importantísimo obsequio de V., por su memoria que tanto amo y por el deleite que me está proporcionando con lectura tan de mi instrucción y gusto.

Deseo a V. cuanta salud y contentamiento son imaginables, y le felicita con toda el alma, su apasionado admirador y leal amigo

q. b. s. m.

Aureliano Fz-Guerra