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- F-C- 0567Número propio
- Base de datosCorrespondencia Hübner y otros
- Unidad documental: Correspondencia HübnerCarta y dibujo
- Número de catálogo (B-Bash)
- Signatura del archivo
- ArchivoArchivo Histórico de la Compañía de Jesús de la Provincia de Castilla (sede Alcalá de Henares)
- AutorVictorio Molina
- TítuloCarta de Victorio Molina a Fidel Fita sobre hallazgos arqueológicos en Lebrija y la expedición a la Cueva de las Figuras (Medina Sidonia)
- Fechas28/04/1913
- DescriptoresArqueologia; Arte rupestre; Prehistoria; Expedición arqueológica
- Personas mencionadas (Informantes)Fidel Fita; Lucio Bascuñana García; Juan Alba; Jacobo Butler y García; Rafael Bernal; José Espina Calatriu; Padre Fuentes (Diego Fuentes); Antonio Pérez Blanco; Juan y José Vela Morales; Santiago Casanova
- LenguaEspañol
- Transcripción
Cádiz, 28 de Abril de 1913
Excmo. Sr. D. Fidel FitA
Presidente de la Real Academia de la Historia:
Madrid:
Muy respetable y querido presidente: El extravío de las cuartillas con los apuntes de mi expedición a Lebrija, en el traslado de mis papeles al Oratorio de San Felipe Neri, donde, por haber quedado solo desde el fallecimiento de mi madre (q.e.p.d), estoy hospedado, y me tiene a sus órdenes, ha sido causa de no haberle escrito a V. E. el resultado de la excursión. Voy a llenar este vacío con los datos que conservo en la memoria, para darle después cuenta de un viaje verificado recientemente a la Cueva de las Figuras, en término de Medina Sidonia, de la que tengo dada noticia a V.E, y que juzgo de importancia para la Arqueología prehistórica de esta región.
En Lebrija. – Mi Director de la Escuela de Comercio, Dr. Bascuñana, de temporada en el cortijo denominado de Don Melendo, que labra en el rico hacendado Don Juan Alba, me dio aviso de que, al extraer piedras en la colada que conduce al caserío, habíanse descubierto dos sepulturas, de donde extrajeron una pequeña jarra o lacrimatorio y una arracada de bronce, que al pie dibujo. Me invitaba a la exploración de nuevos sepulcros, fáciles de reconocer por el desgaste del suelo, producido por la acción de las aguas movedizas, y aprovechando las vacaciones de Navidad última, el 30 de diciembre me trasladé a Don Melendo.
El cortijo se halla situado al N.E. de Lebrija, a unos seis kilómetros de la villa, en dirección a Las Cabezas de San Juan. La casería se levanta sobre una loma, por cuya ladera N. sube la colada, flanqueada de viejos nopales. Las sepulturas son zanjas trapezoidales abiertas, mirando a Oriente, en tierra dura, formado a veces.
[Dibujo de una arracada en color verde]
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Uno de sus costado por fábrica de ladrillos. Las tapas, sin inscripción, están formados por dos o más lajas de yeso y piedra caliza, que descansan sobre los bordes laterales de la fosa. Algunas están horadadas.
No es raro hallar sepulturas de dimensiones ordinarias (las tenía tomadas en los apuntes) propias para un solo cadáver, conteniendo dos esqueletos, y en alguna aparecieron tres; siendo también varia la posición de los mismos, pronos y de costado. De una se extrajo un segundo lacrimatorio, de barro cocido y una sola asa, como el anterior.
Los guardo con el zarcillo y dos mandíbulas inferiores perfectamente conservadas.
En el mismo lugar y fuera de sepultura recogí dos trozos de pedernal, que formaban parte de un cuchillo u hoja de lanza, de sección triangular y 4 mm. De altura. Son dos fragmentos de siete y seis centímetros. El primero, que forma la punta, mide 15mm.de ancho; el segundo, prolongación de la hoja, 20. No pude hallar el intermedio. Junto a ellos, y acaso relacionados en su origen, recogí un trozo de plato de barro, calcinado por el fuego, y la corona de un colmillo de 4 cm. De longitud. Parecía permanecer reunidas, a través de los siglos con el arma de [aguzado] sílex, las reliquias de la caza y del receptáculo que la contuvo.
El mencionado Sr. Alba se propone conservar, si apareciesen, los monumentos epigráficos, y los objetos de interés que arrojen nuevos descubrimientos, dándome noticia de ellos.
Pocos días antes de mi viaje, fue encontrada en una viña del término una alcancía con unas setenta monedas árabes. El dueño me ofreció, para su estudio, dos de tipo distinto, y tengo el gusto de enviarle a V.E el informe sobre las mismas, del Sr. Butler, Catedrático de Árabe de nuestra Escuela de Comercio y Conservador del Museo hispano- marroquí de esta capital.
[En color rojo] En Casas Viejas (Medina Sidonia).----- Desde que vi por vez primera hablar de la Cueva de las Figuras existente a unos siete kilómetros de dicha aldea, formé decidido propósito de visitarla, presintiendo una caverna prehistórica. El 17 del actual se realizaron mis deseos. Mi amigo el Dr. Gaditana D. Rafael Bernal se proponía pasar temporada en aquel lugar, a 18 km. De Medina, de quien depende, y convine en acompañarle el tiempo suficiente para realizar una excursión a la referida Cueva. En la mañana del citado día partimos
[En color rojo] Estas figuritas no se ponen aquí, si no en la lámina que luego recrearé
[Dibujo al final de página]
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de Casas Viejas, vadeamos el Barbate por la Pasada de Gibraltar, y atravesamos la vega con dirección a la Herrumbrosa, fuente que nace en la sierra, rica en mineral de hierro, en uno de cuyos tajos se abre la cueva. Subimos la pendiente de la montaña, en cuya cima se yergue el tajo, en piedra viva, desnuda de vegetación, como un lienzo de muralla, y nos apeamos al pie del mismo, donde existe un redil de cabras y se alzan las cabañas de los pastores. Proseguimos la subida sorteando los enormes bloques desgajados de la peña hasta llegar a una pequeña meseta cerca de la gruta.
EL acceso a ella se hace difícil y peligroso: al borde de la meseta de abre un profundo barranco. La escala que llevábamos a prevención era insuficiente; sin embargo por ella y afianzándose luego en los resaltes de la roca ganó el práctico la entrada de la cueva. Tras él, con el auxilio de una cuerda, subí yo, y después el Ldo. Espina, médico de la aldea.
Estábamos en una habitación primitiva, en cuyas paredes se destacaban las rojizas figuras que dan nombre a la caverna. En vano llevábamos a un fotógrafo. Dificultades imposibles de vencer nos obligaron a contentarnos con reproducción del exterior de la cueva, que tengo el gusto de remitirle. Desde el reborde donde aparecen sentados los tres exploradores mide la
Póngase aquí la fotografía
gruta 6.80m. de profundidad en plano ascendente; su altura, en el fondo es de 1.45, y su ancho, de 3. Está abierta en roca arenisca, y el suelo, descarnado por la acción de las aguas y de los vientos del Sur, está hoy formado por una vete en declive de piedra compacta y resbaladiza, que no permite la estabilidad y hay que recorrerlo a rastras. El viento lo barre, e inútil decirle que no quedan vestigios sedimentados de sus primitivos moradores.
En cambio paredes y bóveda se hallan cuajadas de figuras de animales, que nos reproducen la antigua fauna regional. En la imposibilidad de obtener copia fotográfica, dibujé al lápiz las más notables en las cuartillas de apuntes. La señalada con el número 1 es la de mayor tamaño de todas: un ejemplar de ciervo de trece hitas, pintado en la pared de entrada, a al derecha del que penetra; mide 50 cm. Desde la boca al extremo de la cola; las astas, de tronco y pitones rígidos, se empinan con la misma longitud; las piernas delanteras miden 11, y las de atrás, 17,
En la nº 2, también de ciervo, más pequeño que el anterior, ha dejado el pintor bien señalados las paletas de los cuernos. Se halla en la pared del fondo. Tiene bajo el vientre dibujada una cierva y otras entorno. En la misma pared se destaca la nº 3, de cornamenta de cabra, de 15 cm. De longitud, cuello de 7, cuerpo de 15, cola de 12 y extremidades de 10. Estos animales, de
[Dibujo al final de página]
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Carne abundante y cuernas numerosas convertibles en armas, eran para aquellos aborígenes los de mayor importancia, reflejada en la magnitud de las figuras , a no ser que quisieran representar fielmente su mayor real corpulencia sobre los otros, caballos, ciervas y manadas de cervatos, zancudas y otros diversos tipos de cuadrípedos y aves, alguna junto a un nido formado de ramas, y de los que traslado algunos modelos en los grupos 4 y 5.
Pero las más interesantes son las figuras humanas, porque revelan la carencia absoluta de indumentaria en los indígenas de esta región, y manifiestan su ocupación única y exclusiva en el arte de la caza. La nº 6, de 15 cm.de altura, de visible desnudez, arroja con la mano diestra un gran lazo o tira o de pies para cazar alguno de los animales que la rodean, acaso de largos y encorvados cuernos, nº 3, próximo y en frente de ella.
La preja nº 7, de 8 cm., dibujada en un resalto de la pared del fondo, cerca del techo, parece alzar también un lazo sobre ambos. L nº 8, a la izquierda de la entrada, es la de un niño, a quien sostiene de la mano la figura de la madre, que aparece muy borrosa, a su derecha.
Además de esta cueva, donde las figuras, defendidas de la lluvia, se mantienen bien conservadas, existen en la misma montaña otras cavernas, que revelan numerosa población troglodítica. El práctico nos condujo, flanqueando el tajo, a una, más amplia que la anterior, cercana a la cumbre. El desprendimiento de una gran parte de la bóveda ha dejado los muros a la intemperie. Por esta razón, las figuras, en número más limitado que las precedentes, presentan líneas muy desdibujadas. Trasladando al pie las siluetas de otra pareja humana, que parece conducir algo entre ambos, y dos dibujos que barruntan signos ideográficos, si no es ek primero ejemplar de flora contemporánea de troglodita, y el segundo rasgo de las extremidades de un cuadrúpedo despintado. Yo no me atrevería a negar en absoluto que algunos dibujos de trazos extraños y representación indeterminada, en una y otra caverna, sean señales arbitrarias de lenguaje gráfico.
Antes de descender de aquella altura contemplamos por última vez el panorama que domina. Al pie de la sierra, la extensa llanura surcada por el Celemín, que, como el Barbate por la derecha, corre hacia la laguna de la Junta, abundantísima en aves acuáticas; a la izquierda, las cumbres azuladas de la serranía del
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Cuervo, donde aun se cobran el corzo y el jabalí, y que señalan la dirección de Gibraltar, de cuya caverna prehistórica evoqué el recuerdo; y a la espalda, con inclinación al N.E., los montes de Alcalá de los Gazules, donde aun subsisten los ciervos, cuya especie originaria persevera estampada por el arte primitivo en las paredes de las cavernas visitadas.
Acaso los dibujos naturales producidos en las rocas por los derretidos de las vetas de hierro, simulando contornos de cuerpos, estimularon la imaginación de los indígenas para reproducir, con el mismo óxido que la naturaleza del terreno les ofrecía en abundancia, los perfiles de los seres animados objetos de su codicia. Los animales están dibujados de perfil, pero no hay líneas que señalen dentro del contorno la sombra o el relieve. Las figuras humanas están dibujadas de frente.
Las líneas, a juzgar por su ancho, parecen trazadas con la llema(sic) del índice: la forma curva en que algunas terminan parece corroborarlo; pero el corte recto de otras supone el auxilio de un instrumento de extremo rectangular. Algunas figuras, como la del niño y las paletas del ciervo, exigen la reversión al dibujo parcorrespoa el reteñido.
Yo no creo que estas figuras, que decoran sin orden ni concierto las paredes de las cavernas, tengan significación religiosa, como he leído en alguna Revista, ni representen actos de magia para ejercer influencia sobre los animales, como he visto recientemente en el extracto de un informe ante la Academia de Medicina de París, publicado por “La Correspondencia de España” (20 Abril- 1 a plana), sino las juzgo manifestaciones espontáneas del sentimiento artístico, que empieza reproduciendo los tipos y cuadros de costumbres que solo podía copiar en la vida errabunda de la raza dispersa: la caza.
Estimo curioso decir
leque en torno de la Cueva de las Figuras se acumulan fantásticas leyendas por los rudos campesinos, que suponen escondidos en ella riquísimo tesoros, hasta el punto que, no mucho tiempo antes de nuestra expedición, hicieron explotar un [barrero] para descubrirlos. Felizmente la explosión solo arrancó una lasca del borde superior de la entrada.En el ángulo superior izquierdo de la fotografía se advierte una piedra redonda que parece colocada de propósito para obturar la boca de caverna. Sus vetas perpendiculares a su estra-
[Dibujo de final de página]
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Tificación de la roca inducen a acentuar la sospecha. De ser así, y no mero fenómeno natural, no hay medio de convencer a los pastores que la piedra cubrirá restos de valor puramente científico, sino que oculta tesoros inmensos de oro en barras o pilones de monedas constantes y sonantes. El orificio que se nota en el centro de la piedra ha sido hecho me dicen, recientemente o para removerla o para taladrarla, o acaso sea el comienzo de un nuevo [barreno].
Para ver de producir la persuasión en el ánimo del pueblo, despertando el aprecio de estos monumentos tan interesantes para la Historia me propongo escribir, en colaboración con el Dr. Bernal, un artículo periodístico de vulgarización científica. Gran ventaja es también conseguir el mismo fin el bienhechor influjo sobre los habitantes de la aldea, del Párraco Sr. Fuentes, el repetido Sr. Espina, D. Antonio Pérez Blanco, y los propietarios hermanos Vela, compañeros de expedición.
Aunque conocerá ya oficialmente la noticia del fallecimiento de mi estimado compañero Santiago Casanova (q.s.q.q.), me es de muy dulce consuelo, como director espiritual suyo, manifestarle que ha descansado muy santamente, después de recibidos, a petición propia y con ejemplarísima piedad y gran fervor, los Santos Sacramentos. Tengo entendido que una Librería, muy abundante en papeles gaditanos, que, de no tener sucesión masculina, habría sido legada al Municipio, seguirá su propiedad de la familia, como herencia para el varón nacido dos días antes de expirar el padre el 23 del actual.
Y esperando leer la autorizadísima palabra de V.E, que tan sabiamente ha de ilustrar los extremos de que tengo el honor de darle cuenta, se reitera suyo muy devotos.s.
q.b.s.m
Victorio Molina
[firma]
Cerrada para el correo el 30 e la fecha.
Sin duda por efecto de la emoción artística viéndome actuar en el arte de Apeles, he puesto los grupos 4 y 5 un pliego distinto del que les correspondía. Supla su bondad esta trastrugua, así como la deficiencia de las figuras, de que protestaría el artista troglodita, al ver en caricatura sus originales. - Descripsitno
- InstitucionesReal Academia de la Historia; Oratorio de San Felipe Neri; Escuela de Comercio de Cádiz; Museo Hispano- Marroquí de Cádiz; Academia de Medicina de París
- Otros objetosPequeña jarra o lacrimatorio; Arraca de bronce; sepulturas con esqueletos +mandíbulas inferiores (buen estado de conservación); 2 trozos de pedernal; trozo de plato de barro calcinado; corona de un colmillo de 4 cm; Alcancía con 70 monedas árabes
- Observaciones
La presente carta parece ser el informe que envía a la Academia Vcitorio Molina y que sería publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia (BRAH 62 (1913), pp. 554- 562), a juzgar por la similitud de la información y el agregado, por ejemplo, de la fotografía que señala que debe adjuntar en la misiva.
Así pues, en primer lugar, el gaditano informa al Padre Fita de que, el por aquel entonces director de la Escuela de Comercio de Cádiz, el Dr. Bascuñana hallándose en el cortijo Don Melendo (al NE de Lebrija, a unos 6 kilómetros de la villa en dirección a las Cabezas de San Juan) fue informado del hallazgo de dos sepulturas con ajuar, entre lo que destacaba un lacrimatorio y una arracada de bronce. Hasta allí viajó Molina el 30 de diciembre, donde, en el mismo lugar, y fuera de la sepultura recogió varios fragmentos de pedernal (parte de un cuchillo u hoja de lanza), un trozo de plato de barro (calcinado por el fuego) y la corona de un colmillo de 4cm de longitud. Añade que, en el caso de aparecer monumentos epigráficos, el Sr. Alba se haría cargo de su conservación y custodia, asi como del resto de materiales que arrojen nueva información relevante.
Por último, antes de su vuelta, fue encontrada en una viña del término, una alcancía con aproximadamente 70 monedas árabes, de las cuales, fueron entregadas dos de distinto tipo, que el gaditano entregaría para su estudio a Jacobo Butler y García, catedrático de árabe de la Escuela de Comercio de Cádiz y conservador del Museo hispano- marroquí también de Cádiz.
Por otro lado, continua esta carta cambiando de tema, concretamente al ya mencionado en correspondencia pasada del hallazgo de la Cueva de las Figuras en Casas Viejas (Medina Sidonia). En esta ocasión, detalla al clérigo con detalle la primera expedición de reconocimiento a la cueva, que supondrá el comienzo y floreicmiento de los primeros estudios prehistóricos de la zona.
El primero en conocer la existencia de dicha cueva sería el médico de Casas Viejas (o Benalup) José Espina Calatriu en 1913, a través de unos campesinos que frecuentaban la zona. Este se lo comunicaría a Rafael Bernal y este a Victorio Molina, por aquel entonces corresponsal de Cádiz para la Real Academia de la Historia.
Será entonces a partir de este momento cuando se organizó la primera visita de carácter científico al abrigo con un equipo formado por: Antonio Pérez Blanco, los hermanos Juan y José Vela Morales, José Espina, Rafael Bernal, un fotógrafo gaditano y el propio Molina.
Este llevaría a cabo la inspección, tomando medidas y dibujando algunas de las figuras que consideró más rleevantes, las cuales explica detalaldamente al clérigo en la carta, no pudiendo realizar fotografías ante la imposibilidad de subir hasta el abrigo la cámara.
- BibliografíaLa Correspondencia de España Molina, V. "Arqueología y Prehistoria de la Provincia de Cádiz en Lebrija y Medinasidonia", Tomo 62 (1913), pp. 554-562; Gómez de Avellaneda Sabio, C. (2014). "I Centenario de un descubrimiento (1913-20139: Más de un siglo de investigación sobre arte prehistórico en el extremo sur de España", AL QANTIR, 16, pp. 11-29
- Autoría de este registroI.G.B.